Un rapero de 30 años podría sentirse atrapado entre el pasado y el futuro del género, pero ese no es el caso de Vince Staples. El artista californiano (nació y creció en Ramona Park, un barrio de Long Beach que da nombre a su último álbum) es a partes iguales innovador y guardián del género; un letrista habilidoso que no teme ir más allá de los límites musicales. Con la ayuda de productores como Kenny Beats y Mustard, ha actualizado el modelo del rap de la Costa Oeste para el siglo XXI. Poseedor de una notable honestidad emocional, aborda con elocuencia temas que van desde conflictos personales y romances hasta traumas del pasado y males de la sociedad. Sobre el escenario, goza de una presencia carismática y magnética. Es un placer volver a tener en Sónar a uno de los grandes artistas del hip hop.