Con apenas 22 años, este joven productor ha convencido a medio mundo con su particular concepción del tech-house… y de su puesta en escena. Aunque creció entre beats de hip-hop, pronto descubrió en la música house lo que estaba buscando. Estudió el género a fondo, lanzó sus primeras producciones y empezó a pincharlas, a la par que las bailaba con coreografías ensayadas al dedillo que se hicieron virales. El resultado: sesiones de tech-house desenfadadas, frescas y despreocupadas, ideales para desmelenarse y dejarse llevar por el abrazo de un género que no entiende de fronteras. En pocos meses, Mochakk ha pasado de ser sensación en Brasil a llenar pistas por todo el globo.